Contemplar y Discernir el don siempre nuevo de Dios

Por Julio Pernús

La CVX en República Dominicana, como parte de su eje estratégico, coordina con periodicidad retiros para sus integrantes y miembros de la familia ignaciana en el país. Del 1 – 3 de septiembre se efectuó en la Misión ILAC en Licey al Medio, Santiago de los Caballeros, el último de estos retiros que llevó como nombre: Contemplar y Discernir el don siempre nuevo de Dios.

Guiados por el P. Benjamín González Buelta, S.J.,  42 personas  vivieron esta  experiencia de profundidad espiritual. El esquema seguido consta de inducciones, puestas en común, y reflexión personal, donde cada cual, a su propio ritmo, interioriza y medita en silencio en un espacio acogedor en contacto con la naturaleza y una capilla a disposición, donde, a discreción, el que desee se deja abrazar por el amor de Dios.

En esta ocasión se propició un momento para la conversación espiritual, donde los miembros del grupo pudieron expresarse, sentiéndose escuchados y consolados. Así como escuchar a los demás. Las palabras claves entre los participantes según Frankelly Martínez fueron: “agradecimiento por reconocer una vez más que Dios nos ama y venimos de Él. Agradecimiento porque fue un tiempo para estar cerca de Jesús y discernir cómo lo hacemos presente en nuestra cotidianidad. Agradecimiento pues comprendimos que Él nos acompaña a que tomemos nuestras decisiones guiados en su modo de proceder  y con ese principio, re-imaginamos el rol que tenemos en nuestro trabajo como parte de nuestra vida eclesial.”

El primer fin de semana de septiembre de cada año se realiza esta actividad que es promovida por la Comunidad de Vida Cristiana Nuestra Señora de la Anunciación, Misión ILAC-PUCMM, para sus miembros y otras personas interesadas en crecer espiritualmente e ir cultivando el silencio como un modo de conectar con su interior y con nuestro Padre Dios; y descubrir su invitación siempre nueva a caminar con Jesús en nuestra propia realidad, contemplando lo profundo de nuestro entorno. De este modo  experimentamos una interna transformación, miramos nuevas todas las cosas y acercamos con nuestra vida y trabajo el Reino de Dios a los hermanos.